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19 ago 2012

Gran empate con sabor a triunfo (2-2)
del Sporting de Braga en el siempre polémico A Luz

VALENÇA do MINHO (Redacción)
El Sporting de Braga logró en la noche de este sábado, en Lisboa, ante más de 50.000 espectadores en las gradas de A Luz, un empate a dos goles que tiene auténtico sabor a victoria. Una decisión arbitral que supuso penalty a favor del Benfica y expulsión del jugador del Braga, Douglao, desniveló un encuentro donde el Braga iba ya ganando por 1-2, después de que Mossoró, con gran frialdad adelantase a los bracarenses en el marcador, tras haber logrado empatar tras la ventaja inicial del Benfica, en una jugada con centro de Ismailly y remate en propia portería a cargo del benfiquista Melgarejo.

El Braga, que tuvo lagunas defensivas, especialmente hasta alcanzar el 1-1 en el marcador, supo superarse ante la adversidad de la decisión arbitral que supondría el 2-2 para Benfica. Faltaba aún media hora para el final del partido y no era fácil administrar esa situación en terreno rival y con la grada a gritos volcada con los de casa. Pero el Braga demostró ahí que tiene equipo y empaque para tareas difíciles. Administró sabiamente los minutos que faltaban, aumentó la concentración, sujetó los desfases defensivos anteriores, presionó al rival en cuanto este ingresaba de medio campo hacia arriba y, en modo alguno perdió la serenidad, lo que le iba a llevar con el paso de los minutos a lo que deseaba, presionar psicológicamente al Benfica, haciendo que este se desequilibrase en la efectividad del llamado último pase.
Un Braga, que aún cuando tiene y debe de mejorar, en momento alguno fue inferior al Benfica, al que jugó de tu a tu, sin complejos y con capacidad de control del juego, sin nerviosismos en exceso, sin entrar en el juego que el rival planteaba y que el propio árbitro en algún momento evidenció...
Buen planteamiento de José Peseiro, en este su debut oficial al frente del Sporting Clube de Braga. Incluso si el Braga hubiese acabado en vencedor -cosa que tranquilamente pudo haber sucedido tal y como iba el partido-, mérito importante tendría siempre el técnico porque -no hay duda- supo nadar y guardar la ropa, mostrar por momentos un equipo con notable oficio e introducir, en el momento adecuado, los cambios necesarios en la alineación, para responder a las vicisitudes del juego y a los movimientos que el rival hacía.
2-2 resultado final, desde la realidad de un Benfica que, una vez logrado el empate merced a la decisión arbitral, no hizo grandes cosas en el área de Beto, tal vez porque el Braga no le dejó desde el fútbol práctico y ordenado con que afrontó la media hora que quedaba para el final, cuando se vio con 10 jugadores sobre el campo, merced a la expulsión de Douglao.
Noche importante para el Braga, que arranca con fuerza en el campeonato portugués, en la misma línea en que afrontó la temporada anterior, como uno de los grandes, que en realidad es, pero desde un humilde presupuesto, basado en una adecuada política de ingresos y gastos, lo que no impedirá, aún, que de aquí al 31 de agosto, vaya a perder a su delantero centro, Lima, posiblemente traspasado a alguno de los tres clubes que ahora mismo ponen dinero sobre la mesa, pues sabido es que el SCB es equipo vendedor, si quiere, en efecto, que su economía no se desfase.
Pero hay en el plantel del Braga dos jóvenes elementos : el caboverdiano Zé Luis y el también portugués de origen africano, Eder (Edercito, como familiarmente le dicen). Uno de los dos debería de romper en goleador -aptitudes mostradas les avalan- y ser el recambio natural a la salida de Lima.  Hay posiblemente más esperanzas en ellos que en el más veterano Carlao, que entre lesiones pasadas y la necesidad de amueblar su cabeza, ha ido dejando pasar el tiempo sin volver a ser aquel matador en el área que evidenció en su paso por el Uniao de Leiría.
Sea como fuere : el Braga comienza fuerte y con aspiraciones a hacer otra gran temporada. Este empate con sabor a triunfo obtenido en A Luz deberá darle alas para el duro enfrenteamiento, a partir del próximo miércoles, con la Udinese, el potente equipo italiano, con el que pelearán los arsenalistas una plaza en la liguilla de la Champions.