VIGO / VALENÇA do MINHO (Redacción)
Se acabó la era Leonardo Jardim en el Sporting de Braga. El técnico fue invitado este martes a abandonar la nave, en el curso de una reunión con el presidente Antonio Salvador. Según pudo saber MINHO TRIBUNA, Jardim pretendía ser como Mourinho en el Madrid, mandar en todo lo deportivo y tomar decisiones que, en el Braga, hasta ahora, eran -y serán- competencia del Presidente en última instancia, del Consejo Directivo anteriormente y, en parte, consensuadas con el técnico de turno y director deportivo -si lo hubiere-. Jardim se había subido a la parra, al parecer, mostrando disconformidades con decisiones del club (como la oferta de renovación a Paulo César) y ya en la temporada pasada, se había distinguido por arrinconar a jugadores que habían sido apuestas del consejo rector de la entidad y del propio presidente, como el fichaje del mexicano Rivera (al que materialmente aburrió con una descarada falta de oportunidades), o anteriormente el mal uso que hizo del talentoso Fran Mérida, al que en momento alguno dió continuidad en las vergonzantes oportunides que le ofreció. Estas situaciones y otras, pero especialmente el caso Rivera (una inversión de futuro para el Braga, que necesita promover jugadores de calidad para más tarde vender), acabaron por marcar distancias entre un Jardim que se creyó el rey del mambo amparado en la buena campaña -que en general y sin entrar en detalles- hizo el Sporting de Braga, y un presidente, Antonio Salvador que, si algo no perdona, es que en la estructura del club, alguien se salga del tiesto que le corresponde.
Ya en días pasados, en unas declaraciones al deportivo "O Jogo", Jardim perdió la oportunidad de elogiar la indudable gran labor que Salvador lleva hecho al frente del SCB y se limitó a decir que su relación con el presidente no iba más allá de lo profesional, marcando sutilmente distancias. Puestos en ese juego y ante la evidente quiebra de confianza entre las partes, hoy tuvo lugar una reunión en la que quien realmente manda en el Braga dijo a quien no quería limitarse a ser un mandado que... la puerta está para entrar, pero tambièn para salir.
Siendo esto así, todavía queda por negociar un dinero como compensación, ya que Jardím tenía dos años de contrato con el Braga, por lo que no se va marchar con el riñón al descubierto precisamente. Pero el Braga prefiere tener la casa ordenada y marcando el orden en su esquema de club, que un entrenador con aires de grandeza que confunda el trasero con la témporas...
El Braga sigue su camino. Y como pasó otras veces, vendrá otro entrenador que sacará partido al plantel que le pongan por delante -como ya sucedió incluso con el propio Jardim el año pasado sustituyendo a Domingos- y aquí paz y después gloria.
Nombres, a esta hora de la noche, suenan muchos : Paulo Alves (en la foto), Sergio Conceiçao, José Peseiro, Pedro Enmanuel y hasta el veterano Manuel José, ahora que abandonó el fútbol egipcio. José Peseiro parece ser quien tiene más probabilidades de ocupar el ahora vacío banquillo del Braga.